Hace más de 10 años que empecé en este mundo de vender…exportar productos alimenticios Españoles al resto del mundo. Suena bien verdad??

¿Fácil?? Ni de coña, sudor, lagrimas, desgana…un camino muy duro, lo difícil que es hacer un cliente y lo fácil que es perderlo…donde para algunos todo vale. Desde un principio me di cuenta de las burradas que algún vendedor decía y hacía para poder llevarse esa venta. Y yo con cara de pava (y todavía se me queda alguna vez…cara de pava)  me preguntaba, esto es así??? Tengo que ser tan agresiva, mentir, donde está la ética, los valores…yo no quiero vender mentiras, no es necesario verdad? Pues no, no lo es. Vivimos en un gran país con personas maravillosas, con empresas que trabajan duro cada día. Qué necesidad hay de contar cuentos chinos!!!

Para mí lo más importante es total transparencia con el proveedor y el cliente.

Quiero saber qué es lo que vendo, y para eso necesito la transparencia del proveedor.

Desde la materia prima hasta el producto final. Trabaja r con proveedores así te da tranquilidad, paz, orgullo de representar por el mundo productos de calidad. Y con el apoyo incondicional de toda la empresa que te respalda día a día, para así transmitir al cliente o posibles clientes la confianza que necesitan.

Pero con todo y con eso todavía hay fantasmas por ahí, que no escucha al cliente, que te venden la moto como sea, bueno, malo, no importa esa venta me la llevo yo. Arrasando por su camino.

Pero no os equivoquéis eso es pan para hoy y hambre para mañana. De que te vale vender una mentira, si, te van a comprar pero una vez y punto. Finito nada más, el plumero se te va a ver rápidamente, y como dice mi madre las mentiras tienen la piernas muy cortas…en este caso días contados.

Por eso hoy, a estas alturas de mi vida…lo que quiero es mejorar cada día de una manera sana y equilibrada. Una puerta se cierra y otra se abre. Dar siempre la cara desde el principio e intentando minimizar, cualquier problema, duda, malos entendidos.

Ser firme pero sin pasarse. Un respeto hacia tu persona, tu trabajo, tu país, los productos que manejas, tus valores, tus proveedores y clientes. Encontrar ese equilibrio no es fácil, pero hay que intentarlo. Porque grandes son los productos de nuestra tierra, vamos a mimarlos y demostrar al mundo el valor que tienen. Vamos a valorar eso de la mejor manera.

El mejor vendedor es el que va al grano y te deja feliz con la información (Jürgen Klaric)

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